Los madrileños hemos dicho adiós a la exposición "Sorolla. Visión de España", del artista valenciano Joaquín Sorolla. Durante su estancia en el Museo del Prado, la muestra ha deleitado a casi medio millón de visitantes, que han tenido el privilegio de contemplar de cerca una obra llena de luz y color.
LLevaba dos años exponiéndose en las salas españolas, desde que "debutara" el 7 de noviembre de 2007 en las instalaciones de la Fundación Cultural Bancaja de Valencia.
La exposición cuenta con más de un centenar de obras y los catorce paneles que Sorolla pintó por encargo de la Hispanic Society, y que desde 2007 han recorrido distintas ciudades de nuestro país con gran afluencia de visitantes.
Joaquín Sorolla y Bastida era intuitivo, tenía una gran facilidad para captar la luz y mostrárnosla con magistrales pinceladas, sobre todo, esa luz de su amada costa valenciana. Su obra derrocha cromatismo y consigue despertar en quien la contempla sensaciones de paz, nostalgia y ternura, pero sobre todo, nos deja asombrados y perplejos cuando comprobamos que unas pocas pinceladas de color vistas de cerca, al alejarnos se transforman en flores... o, como una mancha redonda y blanca vista de cerca, se convierte en una deliciosa y bella pamela al observarla a distancia ...
LLevaba dos años exponiéndose en las salas españolas, desde que "debutara" el 7 de noviembre de 2007 en las instalaciones de la Fundación Cultural Bancaja de Valencia.
La exposición cuenta con más de un centenar de obras y los catorce paneles que Sorolla pintó por encargo de la Hispanic Society, y que desde 2007 han recorrido distintas ciudades de nuestro país con gran afluencia de visitantes.
Joaquín Sorolla y Bastida era intuitivo, tenía una gran facilidad para captar la luz y mostrárnosla con magistrales pinceladas, sobre todo, esa luz de su amada costa valenciana. Su obra derrocha cromatismo y consigue despertar en quien la contempla sensaciones de paz, nostalgia y ternura, pero sobre todo, nos deja asombrados y perplejos cuando comprobamos que unas pocas pinceladas de color vistas de cerca, al alejarnos se transforman en flores... o, como una mancha redonda y blanca vista de cerca, se convierte en una deliciosa y bella pamela al observarla a distancia ...
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