Hoy, hojeando la prensa diaria, me he detenido en un artículo escrito por José Saramago para diario Público. (Os aconsejo leerlo).
Lo titula "Crimen (financiero) contra la humanidad". En él, nos habla de la crisis financiera en la que últimamente el mundo entero se ve inmerso. Lo hace utilizando como introducción una leyenda antigua, sencilla y deliciosa de la que se desprende como el ciudadano de a pie es manejado, relegado y condenado a la no expresión por "falta de conocimientos".
Tenemos que conformarnos con presenciar, con gran impotencia, la situación a la que "los entendidos" "los expertos" "los responsables"...nos han conducido. Y, todo esto gracias a su "sabiduría". Todo esto, gracias a su" buen hacer" por el bien general.
Hemos vivido -como dice Saramago- "el tiempo del imperio absoluto del Mercado"...
...Creo que no somos conscientes hasta que punto la ambición de "los poderosos," amparada por los gobiernos, nos ha arrastrado hasta la situación que actualmente estamos viviendo.
No quiero resultar pesimista, pero, soy escéptica. No confío en quien me ofrece "demasiado". No confio, en quien quiere "sobreprotegerme". No confío en quien "todo lo sabe"...
¿Acaso piensan que no he crecido?. O, tal vez, ¿que no me quiero?.
Aunque, también es verdad, que quizás, a veces, les doy motivos para ello.
Entonces reflexiono y me digo: si es así, ¿de qué sirve quejarme?
De qué voy a quejarme si consumo por encima de mis posibilidades... Si pido créditos a largo plazo y a un interés variable... Si voto, sin leerme un programa electoral... Si me dejo llevar por los "afectos"... Si llevada por la avaricia pago lo mínimo a mis empleados... Si no denuncio lo denunciable...
En la actualidad, vivimos envueltos en mentiras convertidas en dogmas de fe... Y, lo que es peor, hacemos muy poco por remediarlo.
Lo titula "Crimen (financiero) contra la humanidad". En él, nos habla de la crisis financiera en la que últimamente el mundo entero se ve inmerso. Lo hace utilizando como introducción una leyenda antigua, sencilla y deliciosa de la que se desprende como el ciudadano de a pie es manejado, relegado y condenado a la no expresión por "falta de conocimientos".
Tenemos que conformarnos con presenciar, con gran impotencia, la situación a la que "los entendidos" "los expertos" "los responsables"...nos han conducido. Y, todo esto gracias a su "sabiduría". Todo esto, gracias a su" buen hacer" por el bien general.
Hemos vivido -como dice Saramago- "el tiempo del imperio absoluto del Mercado"...
...Creo que no somos conscientes hasta que punto la ambición de "los poderosos," amparada por los gobiernos, nos ha arrastrado hasta la situación que actualmente estamos viviendo.
No quiero resultar pesimista, pero, soy escéptica. No confío en quien me ofrece "demasiado". No confio, en quien quiere "sobreprotegerme". No confío en quien "todo lo sabe"...
¿Acaso piensan que no he crecido?. O, tal vez, ¿que no me quiero?.
Aunque, también es verdad, que quizás, a veces, les doy motivos para ello.
Entonces reflexiono y me digo: si es así, ¿de qué sirve quejarme?
De qué voy a quejarme si consumo por encima de mis posibilidades... Si pido créditos a largo plazo y a un interés variable... Si voto, sin leerme un programa electoral... Si me dejo llevar por los "afectos"... Si llevada por la avaricia pago lo mínimo a mis empleados... Si no denuncio lo denunciable...
En la actualidad, vivimos envueltos en mentiras convertidas en dogmas de fe... Y, lo que es peor, hacemos muy poco por remediarlo.
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