jueves, 27 de agosto de 2009

La Mujer del Año




Beyoncé Giselle Knowles, más conocida por Beyoncé, nace el 4 de septiembre de 1981 en Houston, Texas, y en esta ciudad comienza su carrera musical en el coro de la Iglesia Metodista de San Juan donde fue bautizada. Corría el año 2001 ...

Desde entonces ha publicado tres álbumes de los que ha vendido un total de 20.000.000 de copias.

Además de triunfar en la música, como cantante, compositora y productora. Además de ser empresaria, trabajar como actriz y modelo, esta mujer, a punto de cumplir 27 años puede sentirse felíz, porque también, ha logrado el respeto y el reconocimiento por su dedicación a diversas causas humanitarias.

El próximo 2 de octubre en Nueva York le será entregado por la revista Billboard el galardón que la acredita como la Mujer del Año.

lunes, 10 de agosto de 2009

Mi mejor amiga


Era guapa, muy guapa... propietaria de unos bellísimos ojos; unos ojos negros que conseguían hacer de su mirada, sin que ella lo pretendiera, todo un arte de seducción. Sus manos blancas, de larguísimos dedos, siempre destacaban por unas cuidadísimas uñas perfectamente pintadas, eran manos para admirar. Su pelo negro azabache, su sonrisa siempre presente... y unas espectaculares piernas, hacían de ella una mujer bella y atractiva que nunca pasaba inadvertida.

... Pero si bella era por fuera, por dentro aún lo era más: tenía un gran corazón. Siempre estaba dispuesta a ayudar. Amiga de sus amigos, los defendía hasta el final - no le importaba resultar perjudicada - es más, creo que ni se lo planteaba.

...Era vital, tremendamente vital; amaba la vida con todas sus consecuencias ... Disfrutaba de sus pasiones declaradas: La lectura, - siempre iba con un libro entre las manos-, la música, los amigos y el viajar.

Tuvo la suerte de amar y ser amada. Aunque yo, -que la conocí bien-, pienso que ella, en cada una de sus relaciones, entregaba bastante más de lo que recibía. Se implicaba mucho más, y esto, en algunas ocasiones, hizo mella en ella originándole momentos de los que yo llamaría encuentros con la realidad, pero que para ella, significaban todo un tumulto de emociones incontroladas que le conducían a las más insospechadas reacciones.

... Sus grandes amores, sentimientos que llevaba muy dentro -casi herméticamente guardados- y, que tan sólo compartía con nosotros, sus amigos, eran sus tres hijos. Jamás estos chicos serán capaces de saber el gran amor que les profesaba su madre. Los momentos que vivió pensando siempre en ellos... Quizás en algún momento, hayan pensado todo lo contrario, pero yo, que tambien soy madre, me pongo en su lugar y comprendo todo lo que sacrificó ... y puedo decir, que los nombres de sus tres hijos siempre estaban en su boca...

...Vivía bien, aparentemente no le faltaba nada: posición, dinero, una bonita familia... Pero algo se movía muy dentro de ella, algo que le perturbaba, algo que no le permitía ser felíz como soñaba... Y un día lo descubrió: su vida se estaba limitando.

...Su "libertad" fue un duro proceso... Nunca sabré si realmente lo consiguió. Y digo esto, porque a pesar de que aparentemente parecía hacer todo áquello que deseaba, a mí- como consecuencia de las larguísimas conversaciones que manteníamos- me parecía todo lo contrario. A mí, -confidente de sus largas noches de insomnio- me daba la sensación de que, a medida que parecía dar un paso hacia adelante, el resultado era todo lo contrario.

Es sabido científicamente que a lo largo de la vida vamos cambiando, vemos y sentimos las cosas de forma diferente: cambian nuestros intereses, nuestras preocupaciones y objetivos. Es lo que se conoce como periodos del ciclo vital. Y, es en este punto, donde yo no estaba de acuerdo con ella. Me daba la sensación de que en el tránsito que hay de un periodo a otro, ella, no se "detenía" lo suficiente como para poder completar el ciclo, y esto, me hacía pensar que le haría más difícil comenzar el siguiente.

Ya os he dicho que hablábamos mucho, pero, era difícil convencerla de algo de lo que ella no quisiera ser convencida... Pareces mi madre!... me decía, - cuando en ocasiones trataba de disuadirla de algo que no me parecía apropiado- y, automáticamente, yo cambiaba de tema para evitar que desapareciera su eterna sonrisa. Es broma gordita... pero es que a veces te pones un poco pesada... LLevaba razón, ¿quién era yo para para indicarle el camino?... sobre todo en algunos momentos en los que precisamente mi vida estaba llena de interrogantes.

Lo que si tengo claro, muy claro, es que vivió, vivió plenamente: Rió, lloró, gozó y sufrió. Ella no pasaba por la vida, ella, vivía la vida ...Tanto es así que, -hasta creo- que "se cruzó en el rumbo de su propio destino, para marcarlo de alguna forma" aún sin ella quererlo.

...Mamá te suena el móvil... Díme! ... Carmen ha muerto... Era mi madre quien me daba la noticia. Mi madre llorando me decía... Ha sufrido un accidente...

Han pasado siete años y, todavía me parece imposible... Era mi amiga, mi mejor amiga, compañera de trabajo, compañera de piso durante algunos años... era, una hermana para mí.

...Venía de viaje para instalarse en Madrid, lugar donde reside su familia y la mayoría de sus amigos. Era un traslado definitivo, tras una decisión tomada meses antes... Todos la esperábamos felices. Era algo deseado y esperado... Pero a tan solo 40km. de Madrid, una vez más, cambió de rumbo, aunque esta vez y,- para nuestra infinita pena- el destino elegido, no tenía retorno.

...Sigues en nuestro recuerdo y en nuestro corazón. Estás presente en muchos momentos de nuestras vidas y así seguirá siendo... Pero nos falta tu risa, tu bondad, tu alegría, y, eso duele, duele mucho.

Y para que veas que es cierto, he caminado por la red para encontrar una canción que a tí, te gustaba mucho, y que no parabas de escuchar. Ojalá donde estés te sea posible seguir llevando a cabo, como hacías aquí, todo lo que Roberto Carlos dice en su letra.
Yo, con esta canción quiero rendirte homenaje, pues creo que refleja perfectamente tu paso por la vida. Y, además, como puedes comprobar , tampoco me he olvidado de tu rosa favorita.

Te quiero chiquitina y te echo muchísimo de menos.
María